A todos nos fascina el brillo que tienen los coches recién salidos del concesionario y la mayoría de nosotros nos esforzamos para que nuestra carrocería luzca perfecta como el primer día, pero por mucho que nos esforcemos, el paso de los años, las inclemencias meteorológicas o los pequeños arañazos que nos hacen nuestros vecinos de garaje hacen que poco a poco nuestra pintura se vea cada vez menos lustrosa.
La solución la podemos encontrar puliendo nuestro coche. Mediante este procedimiento vamos a eliminar la capa superficial que está más estropeada y dejarás la carrocería impecable y brillante.
A continuación te lo explicamos para que puedas hacerlo tú mismo. Solo necesitaras los utensilios, los productos adecuados y mucha paciencia:
Lavar el coche:
Lava tu coche de forma concienzuda y haz hincapié en las zonas donde tenga más suciedad. Te aconsejamos que uses un jabón especial para carrocerías porque los convencionales puede ser abrasivos para la pintura.
Secado:
Antes de empezar elimina toda la humedad de la superficie de tu vehículo con un paño. Este paso es importante para conseguir un resultado profesional.
Trabaja cómodo:
Antes de empezar a pulir elige un lugar que esté a la sombra para que los productos no dejen surcos o huellas en la pintura. No lo hagas bajo un árbol ya que pueden caer ramas, hojas o excrementos de pájaros.
Coloca cerca todas las herramientas y productos que vayas a necesitar y ponte tu música favorita porque el proceso va a durar un tiempo.
¿Qué máquina elegir?
Pulidoras de alta velocidad: requiere algo de experiencia previa, pero el resultado es inmejorable. Si es tu primera vez es mejor que te decantes por otra máquina.
Pulidora de plato redondo: es fácil de usar y obtendrás un buen resultado.
El producto correcto:
El producto que debes utilizar dependerá de varios factores como la máquina con la que vayas a trabajar, el tipo de pintura o la profundidad de los arañazos y desperfectos. Déjate asesorar por un profesional que te indicará que es lo mejor para tu coche.
Consejos:
Comienza aplicando poca cantidad de producto.
Esparce el producto con ayuda de la pulidora. Los movimientos deben ser circulares y no debes dejar de pulir hasta que la zona brille.
Trabaja zonas pequeñas.
Coloca cinta adhesiva en aquellas zonas que el producto o la pulidora pueda dañar.
Deja un comentario